La Dirección General de Tráfico ha intensificado sus esfuerzos para proteger a los usuarios más vulnerables en las carreteras del país. En respuesta al preocupante aumento de atropellos, la DGT, bajo la dirección de Pere Navarro, ha implementado cambios para mejorar la seguridad vial y reducir accidentes. Uno de los cambios más destacados es la sustitución de los tradicionales triángulos de emergencia por triángulos amarillos.
La desaparición de los triángulos de emergencia
La DGT ha eliminado la obligatoriedad de los triángulos de emergencia en las vías rápidas, reconociendo el riesgo que supone para los conductores tener que salir del vehículo en caso de avería o accidente. En lugar de los triángulos, se introduce la luz baliza V16, que se monta en el techo del automóvil, eliminando la necesidad de abandonar el vehículo y proporcionando una señalización más efectiva para alertar a otros usuarios de la vía sobre situaciones de emergencia.
Dientes de dragón y señalización novedosa
Con un enfoque específico en la seguridad de los peatones, la DGT ha introducido los “dientes de dragón” en las calzadas, obligando a los conductores a reducir la velocidad de manera significativa. Además, en áreas críticas como accesos a centros educativos, la DGT ha implementado una señalización experimental que combina triángulos blancos y amarillos en la calzada, junto con una representación de olas del mar. Este enfoque creativo busca alertar a los conductores sobre la necesidad de reducir la velocidad al acercarse a zonas escolares.
Marcas en pasos de zebra y zonas de afluencia
La seguridad en los pasos de cebra también ha recibido una atención especial. Se han incorporado líneas de borde quebradas en algunos puntos para concienciar a los conductores de la proximidad a secciones particulares, instándolos a reducir la velocidad y aumentar la precaución. Estas medidas buscan especialmente reducir los accidentes en áreas de gran afluencia, como centros educativos.
La adopción de estas medidas, que buscan proteger a los usuarios vulnerables y reducir la incidencia de accidentes responden a la necesidad de crear un entorno de conducción más seguro y responsable para todos.